jueves, marzo 30, 2006

Mentira


Lo natural es lo único que tiene de verdad este universo y es de lo que menos se sabe; ¿quiénes somos?, ¿en qué momento desaparecemos?, ¿nuestro alma es o no inmortal?, ¿cuántas vidas vivimos?, ¿estamos destinados a conocernos? ¿Cada uno de nosotros forma un papel fundamental en la sociedad y para sus personas más cercanas o nos limitamos a consumir uno a uno los días de nuestra vida hasta que ésta se acaba?. Son cosas que simplemente no sabemos, aunque tengan su razón de ser, su mecanismo; todo lo demás es mentira. El ser humano es el creador de esa mentira, en un origen pudo ser un medio de protección, pero ahora, en los tiempos que corren, se ha convertido en una forma fácil de no dar la cara, de salir por la puerta trasera para que nadie note tu ausencia y no tengas que dar explicaciones. No sólo las palabras son el medio de la mentira, también las acciones, los pensamientos, todo lo que supone poner un poco más de uno mismo que lo que recibes del semejante; y aún recibiendo más de éste, uno no da.
Incluso nosotros mismos nos mentimos, al imaginar, al soñar, al esperar sin recibir, al recibir sin esperar, al tener una esperanza que puede no llegarse a cumplir, el esperar que alguien se recupere, esperar acceder a una plaza, a un puesto, a un nombramiento, o cualquier aspiración que por naturaleza tengamos.
Pero sin duda, en mi opinión, la palabra es el principal medio de la mentira. Palabras, al fin y al cabo son sólo eso, inmateriales, inconsistentes, volátiles, falsas, ingenuas, equívocas, penetrantes, dañinas, emotivas, confusas… el medio de tratar de influir en el pensamiento del otro, de hacer creer sin ser, de manipular y de expresar, de defender, justificar, traicionar. Palabras, sonidos que se esfuman a la velocidad del tiempo.
Las palabras son el medio de conocer a otros, de relacionarnos con los demás, expresarnos, de intercambiar opiniones, de enseñar y aprender, pueden ser un medio de trasmitir el conocimiento y también el medio de crear dolor, de atacar a otro y de expresar cariño. Pero al fin y al cabo son solo un medio.
Pueden ser desde el medio de expresar el amor a el medio del engaño, una palabra, puede hacerte sentir tanto cómo un acto, la diferencia es que las palabras son mucho más falsas que los actos, también son más fáciles, es una forma astuta de manipular.
Unas veces las palabras son una forma de matar el tiempo, otras nos sirven para comunicarnos, para mandar y para recibir ordenes, para decir cosas que son necesarias decir y escuchar, incluso, cuando tienes un conocimiento considerable del contrario, las palabras sobran.
Nos sirven para cercar distancias, pero a la hora de demostrar, de formar la imagen que los demás tienen de nosotros, sobran, se las lleva el viento, y es tu comportamiento, tu forma de actuar con los demás, la forma en la que te preocupas por el otro y en la que se lo demuestras, o su ausencia, lo que te caracteriza. Por ello es importante pensar dónde vas a pisar antes de mover un solo músculo del pie, antes incluso de plantearte moverte.
No sirve de nada querer que alguien piense que eres de una forma u otra a través del dialogo, ya que lo que pensamos los unos de los otros siempre está basado en hechos.
En sí, la palabra trasmite más de lo que es, incluso su ausencia trasmite más que un sonido, al fin y al cabo son sólo eso, sonidos.
Luego, bajas al mundo y te das cuenta de que no son nada, que desaparecen al instante de pronunciarlas y su esencia desaparece con ellas, nuestra esencia es la que nosotros trasmitimos día a día, con pequeños y grandes detalles. Una mirada es capaz de trasmitir más que un discurso, una caricia dice más que cualquier intento de alagar, un abrazo y un beso es la forma más bonita de decir “te quiero”, si se siente, el otro lo percibirá sin necesidad de escucharlo.
Aunque esos actos también pueden ser, y en su mayoría son, mentira.

domingo, marzo 19, 2006

Canalla

Domingo, despues de un fin de semana concurrido, ahora es domingo... esa sensación de final, de paso del tiempo, de volver a empezar...pero mañana vuelve a ser domingo para mi...sin trabajo y sin nada que hacer más que lo que yo quiera. Ha habido cabida para todo, para películas de dibujos de las de hace años, para salir hasta amanecer y no abrir la puerta a la primera al llegar, para dormir hasta las cuatro y media de la tarde y para acompañarse de buenas amigas y hablar sobre temas importantes que tocar, intercambiar opiniones, aprender y a la vez enseñar... Ver la vida desde multitud de puntos de vista y ver que todo sigue igual, que la gente evoluciona pero no cambia, que la noche sigue igual, como la deje hace un año, misma gente, mismo rollo y distinta música, sólo ha pasado el tiempo y evolucionado... Fin de semana canalla como diría Alex.

jueves, marzo 09, 2006

Desapariciones

Después de un largo día llegaba a casa, dejaba las llaves del coche sobre la mesa de la entrada y se dirigía a su habitación… a cada paso sus músculos pesaban más, el aire al entrar en los pulmones pesaba más, el cuello debilitado por la tensión acumulada pesaba más, incluso las ideas pesaban más de lo usual… en su interior un vacío y en su estómago un nudo, una sensación de ausencia, no de la que hace daño, sino de la que da pena… inevitablemente es pena lo que produce. Tomando perspectiva eso era justo lo que ella necesitaba, sentirse así, sin echar en falta ni tener su mente monopolizada, hacer lo que la apeteciese en vez de condicionar sus acciones por lo que pudiese ocurrir, pero en el fondo estaba triste.
Una tristeza incomprensible, difícil de explicar, incluso de entender. Dejó caer su cuerpo sobre su cama desplomándose como el agua al volcarse una copa y sus párpados se fueron cerrando lentamente hasta que todo se convirtió en oscuridad. Encogió sus piernas acercándolas hacia su pecho, colocando una mano sobre su nuca y dejando la otra muerta, a su ser, ligeramente encogida… pronto la oscuridad se convirtió en infinitas imágenes que se superponían a una velocidad de vértigo, no podía evitar pensar, en realidad era su mente la que tenía vida propia y la tenía atrapada, como si estuviese en un grado de consciencia superior.
Poco a poco se fueron agudizando sus sentidos, podía incluso sentirle acariciándola, besándola… su cuerpo se estremecía, una extraña sensación recorría su interior, le seguía sintiendo. Notaba el palpitar de su corazón en su pecho, cada vez con más fuerza, cada vez más acelerado y no podía parar de pensar en él. Hacía tiempo que no la hacía, que no se sentía así, los recuerdos estaban ya en el camino que une el amor y el olvido, sin duda, era aquello el desencadenante de su tristeza.
Antaño, solía visitar el congelador, acompañarse de una tarrina de strawberry cheese cake y su vieja manta gris, se sentaba en el sofá y ponía su película favorita, la habría visto cientos de veces pero al terminar se seguía sintiendo como la primera vez, quizá era eso por lo que la veía, por el sentimiento de después.
Ahora no tenía ganas de nada, escuchaba la lluvia golpear con fuerza el tejado, y un murmullo uniforme sonaba como una melodía. El frío, la lluvia, la noche, la soledad de una casa vacía, todo ello agudizaba su melancolía. Sin darse siquiera cuenta una lagrima se aventuraba a escapar por el rabillo del ojo y caía despacio por su mejilla, abriendo un canal que llegaba a sus sabanas. Por cada sonrisa una lagrima, a cada beso el caudal crecía. Escuchó su respiración hasta quedarse dormida. Tres horas más tarde se despertaba aturdida. ‘Ésta noche me pondré los zapatos de baile’ pensó, cayendo en el olvido la melancolía.

miércoles, marzo 08, 2006

¿ Tempestad o calma?


Un día más, una jornada más, 70 memorias más, de nuevo la cara de Borja, Jordi, María, Lourdes, Pino… de nuevo Torre Picasso, la música, las horas robadas y las propias, el café y las galletas.
La mente fija en un punto, el viernes, sin familia, sin trabajo, sin preocupaciones más que las innecesarias, las que duran poco. Ampliando un poco el punto de mira la mente fija en la UAM, en la biblioteca, los bolis de colores, el atril, las siestas, los frapuccinos, mis amigos y mis compañeros, Capapé, Luisillo, Chio!...y ¡pos vaya puta mierda! Me das un besito???
Cada día este pensamiento se expande más entre los cooperantes, ayer varias personas de ADE me comentaban las ganas que tenían de terminar la prácticas, de volver a clase, de disponer de su tiempo y de salir de esta espiral… otros tiran la toalla antes de llegar a la meta, o por lo menos lo intentan… ¿qué sentido tiene empezar algo que no eres capaz de terminar? Para acabar con un mal sabor de boca, el sentimiento de derrota, siendo un “vencido”, agachar la cabeza… carece de todo sentido, aunque en ocasiones flojeamos y nos dejamos caer, quizá porque es más fácil que sujetar las piernas o quizá porque las piernas no tienen la suficiente fuerza para mantenernos firmes…
El día empieza más pronto y termina cada día más tarde, el sol se deja ver aunque el frío sigue presente, tratando de quitar fuerza a los rayos solares… por primera vez en dos meses he cogido mis guantes, hoy, cuando no los he podido utilizar.. los días de frío invernal se quedaban en el olvido, quizá porque no los necesitaba o quizá porque en el fondo me gusta la frialdad de mis manos y lo que ello conlleva.
Por fin me he reencontrado conmigo misma, llevo tiempo sintiéndolo pero ahora más que nunca, con algunos matices, positivos, creo, pero aquí estoy con ganas de todo y de nada, contenta y melancólica, con caras largas en casa por frecuentarla poco entre semana y con admiración por la meta conseguida, con 6 kilos más y bastante más pelo que me hace parecer un champiñón… aunque de forma cariñosa. He descubierto que me gustan los cuellos, aunque no todos, que mi hermana María es más hermética de lo que pensaba y que Kiki nunca cambiará…
Espero que suene el teléfono y con él nuevas ocupaciones y evasiones, de la rutina, del trabajo y de pensar. Escribo mis últimas palabras y empieza a sonar “The Blowers Daughter” ¿casualidad? No creo en ella…

“A mitad de camino, una mano buscó la suya y su soledad se desvaneció en un apretón silencioso, prolongado, intenso, que le dio cabida en la comunidad de los vencidos. Tras la mano, una mirada. Otras miradas, otros ojos enrojecidos por la debilidad y el llanto sofocado. Perdoname, dijo, y se zambulló en aquel tumulto de cuerpos desolados”.

jueves, marzo 02, 2006

Regreso

De vuelta en la torre blanca, a la tarjeta magnética y a los cafés de máquina. Entrar aquí ha sido como volver después de un largo viaje, sin complicaciones ni dudas llego tranquila, aunque algo extraña ya que la última vez que estuve era todo distinto, incluso el equipo, los jefes, el trabajo… Todo ha cambiado, hoy no habrá llamadas perdidas ni frapuccino a la hora de comer, en su lugar una compañera de Asturias y un taco de Actas de Sociedades ocupan ahora las tareas del día. Por lo menos hace sol.
Aproximadamente a mitad de camino entre el curso de formación y la vuelta a la universidad llevamos mucho aprendido, y no me refiero a conocimientos académicos, pues de esos he aprendido pocos, me refiero a adquirir un criterio para discriminar entre lo que nos guata y lo que no, empezar a enfocar la vida como va a ser, y no como ha sido hasta ahora, sin preocupaciones ni mayores responsabilidades que aprobar y hacer las cosas medianamente bien… Ahora valoro cosas de las que antes me quejaba, valoro el tiempo, incluso en su aspecto más amargo, pues a veces es necesario sentir el dolor y a veces es inevitable sentirlo.
Se respira tensión en el ambiente, ayudantes con más tareas de las que pueden resolver, jefes con más presiones de las que pueden soportar, murmullo de teclados y la impresora no termina de rodar. El interior de una atractiva apariencia, para algunos una forma de inversión, de ver crecer sus ahorros, para otros una rutina, un peso difícil de llevar y un motivo para la desesperación y el pesimismo. Son las dos caras de una misma moneda, la cuestión es saber por cual quieres apostar.
De lleno en la rutina de la vida, perdidos, como una marioneta en una función desconocida y tratando de acomodarnos de la mejor forma posible y es que es una experiencia difícil de encajar, de llevar incluso de asumir. El balance es sin duda positivo, pero difícil de sopesar. Ahora mayo se convierte en una meta, a la cual estoy deseando llegar, aunque solo sea para desplegar los bolis encima de la mesa y perturbar la concentración ajena, para volver a disfrutar de los días y por supuesto para robar cafés.
14:15 y me crujen las tripa, son como un reloj, no fallan…
Un becario llega en su primer día en la firma y me pide ayuda a mi… si él supiera, “soy Alberto y estoy en prácticas, ¿sabes cómo se conecta Internet?” hasta ahí llego… becario de la Carlos III (o becarío) según deloitte… uno más se suma a esta batalla, a los madrugones y a las horas robadas, seguiré cediéndoles mi tiempo…