jueves, abril 20, 2006

ERAS DE...

Pienso, eso es lo que suelo hacer cuando estoy sola, cuando distintos temas rondan mi cabeza y les voy buscando soluciones o explicaciones hablando conmigo misma... Pienso en los últimos tiempos, en el pasado y en el futuro y estoy contenta, contenta de estar así, agusto conmigomisma, con la tranquilidad interior que siente uno cuando cree haber hecho algo correcto o no haber hecho algo incorrecto.
Ahora me veo a mi, lo que soy y lo que significo. Veo la convergencia entre lo que habría querido ser si me hubieran preguntado y lo que soy y en el fondo me enorgullece.
Venia en el coche, después de pasar una buena noche rodeada de gente agradable y distintos momentos se superponían en mi mente, de todos ellos sacaba algo positivo, algo que reforzaba el sentimiento de tranquilidad, por tratar de facilitar siempre todo, por no desear nada malo a nadie y poder ayudar en aquello que está al alcance de mi mano, por no permitir que se cumpla una injusticia en un vagón del metro y por tener 20 años y subir a la planta 34 de Torre Picasso cada mañana a trabajar, formarme, o convalidar unos créditos... Alegria por poder analizar determinados momentos y sacarlos todo su jugo, por ser capaz de disfrutar conscientemente de las últimas palabras de un relato, del ultimo rayo de sol que se pone en el horizonte, de un olor a bollo recien hecho en el intercambiador de Alonso Martinez y de las frases cargadas de sentido y razón que dice Raquel, frases que en ocasiones intento retener aunque lo importante es su esencia, no la forma en que está redactada ya que el fondo sigue siendo el mismo.
Estoy tranquila por mi comportamiento con mis amigos, por lo que les he dado y les he recibido, por todas las cosas que pienso de ellos aunque no lo sepan y por intentar tener detalles tontos con ellos que aunque aisladamente no digan nada,en conjunto me forman a mi. Estoy tranquila, porque no tengo explicaciones sin explicación que dar, porque no tengo cosas que ocultar, no engaño a nadie porque no se entere de algo mio, ni dejo tirada a una amiga en un momento, si no importante, significativo.
Pienso, y se me ocurren muchas más cosas que expresar, que plasmar sobre el teclado para poder volver sobre ellas en un tiempo y ver si hay o no diferencia en los pensamientos, pero serían tantas cosas que dudo si sería capaz de expresarlas de tal forma que tengan sentido o al menos una conexión unas con otras.
Trato de justificar siempre al otro en vez de analizar su conducta y definirle, definirme a mi y definir al otro, no me limito a lo que veo, sino que modifico la realidad a mi antojo, inconscientemente, para dar sentido a sentimientos que no son reales, ya que la situación no es real, sino una utopía, algo imaginario que he idealizado en mi mente y no se ajusta con la realidad, pero si con la mia. Luego, cuando se enfrian las ideas y puedes ver todo un poco más claro, por suerte, aunque tarde, puedes apreciar tu error e intentar no volver a cometerlo, aunque inevitablemente, lo cometerás.
No preocuparse tanto por lo que piense el otro, para preocuparte sobre lo que piensas tu de él. Es en ese preciso momento cuando todo cae por su propio peso y llega la decepción y de forma colateral el enfado y ese sentimiento de caos que ahora siento muy lejano a mi.
Pienso en el paso del tiempo, en lo que eramos y sólo nosotos sentíamos y en lo que somos, en lo que eramos para el resto y lo que somos, dos caminos se cruzan y otros dos permanecen paralelos, el desengaño y la realidad, el tratar de ver lo que hay y no lo que uno cree que hay o le hacen ver, en afianzar todas las ideas que rondan mi cabeza cuando pienso y pasen a ser sólidas.