domingo, mayo 28, 2006

madrugada vacía

Cansancio, mal cuerpo y un dolor de tripa que no me deja dormir…así es como me siento, desorientada, perdida y con una falta absoluta de inspiración.
Hace tiempo que tengo ganas de escribir, siempre me vienen a la cabeza ideas que quiero inmortalizar en los momentos menos oportunos, cuando la posibilidad de tumbarme en mi cama, frente al teclado, la música y la fluidez mental están muy lejos de mi alcance. He intentado escribir la idea en una servilleta, folio usado o en mi mente, pero al leerla más tarde carecía de todo el sentido y fundamento que le habría podido dar, cayendo entonces en el olvido.

Algunas de las pocas cosas que he podido conservar, se difuminan en una mezcla de todo y nada, de sentido e incomprensión, de presente y de pasado, palabras y pensamientos al fin y al cabo…

“Algo sigue sin encajar; quizá sean eso las relaciones humanas, el no poder tener una seguridad plena porque en el fondo ella en sí no existe.
Actuamos movidos por instintos que en ocasiones no concebimos, pero son dignos de analizar; mientras tanto, aguardan a la sombra inquietos pero tranquilos. Permanecen ahí si ser el pasado y con la incertidumbre sobre el futuro.

Sentimiento de decepción al ver la diferencia que supone ver las cosas desde dentro y desde fuera. Antes de conocer algo se tiene una inquietud interna y una incertidumbre sobre como será. Entonces empiezas a imaginar, a hacerte una idea de cómo podría ser, o como te gustaría que fuera y la idea empieza a coger forma en tu mente. Todos los pensamientos se van haciendo familiares y al final, acabas idealizando incluso, aquello que todavía no conoces bien. Después lo vas conociendo, se van tirando de los dos extremos de la misma cuerda, avanzando terreno, idealizando aún más las situaciones o adquiriendo la nueva idea de que no es para ti. En el primer caso el asunto adquiere una dimensión peligrosa que convendría controlar si no es tarde para ello. En el segundo, una inestabilidad mental te empieza a sobrecoger y todo empieza a caer por su propio peso sustituyéndose por otras ideas, algunas igual de atractivas pero sustitutivas. Llegado ese punto empiezas a ser consciente de el estado en el que estas y cómo han ido evolucionando los hechos hasta llegar hasta ahí.
Esto nos pasa en distintos aspectos de nuestras vidas, siguiendo una tendencia igual, pero con matices distintos.
Idealizamos la vida, el futuro, creemos que lo que hay es lo que creemos y no lo que realmente hay, pensamos que acabaremos los estudios y trabajaremos en aquello que nos llene, porque por ello hemos estudiado tantos años, crees que cada día tendrá sentido, que te levantarás con ganas de ir a trabajar porque trabajas en aquello que te gusta, en lo que habías esperado. Pero cuando metes la punta del pie en el mercado laboral te das cuenta de que el sentimiento que te acompaña a diario dista mucho del que tenías cuando imaginabas esa situación.
Lo mismo pasa en las parejas, los amores, los desamores…”


Leyendo escritos antiguos que nunca llegaron a su fin, recuerdo, aunque siento tristeza de que la tristeza en si misma no forme parte del recuerdo…

Borrador; "Lo único que sé hora mismo con certeza es que ésta es la forma menos adecuada de expresar lo que viene a continuación, pero ante la inseguridad de que no me salgan las palabras al tenerte delante, es mi única vía de escape, la única forma que encuentro de expresar, trasmitir, lo que necesito que sepas […] "

Son muchos los pensamientos que me hubieran gustado escribir desde la salida de Torre Picasso hasta ahora, que la falta de sueño (que no de cansancio) me ha llevado a encender el ordenador y recopilar algunas ideas que por si solas no tiene mucho sentido.
Ahora los días distan mucho de las horas robadas, las memorias timbradas y las cuatro paredes de una oficina que parecía que se hacían cada vez más estrechas, mucho han cambiado las cosas. Ahora los estudios, los ciudadanos y los tractores, la microeconomía, econometría y los risketos ocupan los días que se nos escapan de las manos, en horas junio, las clases, el llenar las piscinas y tomar el sol, los exámenes, el agobio, el estrés, la falta de sueño y la necesidad de salir, olvidarte de todo y alejarte por un momento de la realidad.