Mentira

Lo natural es lo único que tiene de verdad este universo y es de lo que menos se sabe; ¿quiénes somos?, ¿en qué momento desaparecemos?, ¿nuestro alma es o no inmortal?, ¿cuántas vidas vivimos?, ¿estamos destinados a conocernos? ¿Cada uno de nosotros forma un papel fundamental en la sociedad y para sus personas más cercanas o nos limitamos a consumir uno a uno los días de nuestra vida hasta que ésta se acaba?. Son cosas que simplemente no sabemos, aunque tengan su razón de ser, su mecanismo; todo lo demás es mentira. El ser humano es el creador de esa mentira, en un origen pudo ser un medio de protección, pero ahora, en los tiempos que corren, se ha convertido en una forma fácil de no dar la cara, de salir por la puerta trasera para que nadie note tu ausencia y no tengas que dar explicaciones. No sólo las palabras son el medio de la mentira, también las acciones, los pensamientos, todo lo que supone poner un poco más de uno mismo que lo que recibes del semejante; y aún recibiendo más de éste, uno no da.
Incluso nosotros mismos nos mentimos, al imaginar, al soñar, al esperar sin recibir, al recibir sin esperar, al tener una esperanza que puede no llegarse a cumplir, el esperar que alguien se recupere, esperar acceder a una plaza, a un puesto, a un nombramiento, o cualquier aspiración que por naturaleza tengamos.
Pero sin duda, en mi opinión, la palabra es el principal medio de la mentira. Palabras, al fin y al cabo son sólo eso, inmateriales, inconsistentes, volátiles, falsas, ingenuas, equívocas, penetrantes, dañinas, emotivas, confusas… el medio de tratar de influir en el pensamiento del otro, de hacer creer sin ser, de manipular y de expresar, de defender, justificar, traicionar. Palabras, sonidos que se esfuman a la velocidad del tiempo.
Las palabras son el medio de conocer a otros, de relacionarnos con los demás, expresarnos, de intercambiar opiniones, de enseñar y aprender, pueden ser un medio de trasmitir el conocimiento y también el medio de crear dolor, de atacar a otro y de expresar cariño. Pero al fin y al cabo son solo un medio.
Pueden ser desde el medio de expresar el amor a el medio del engaño, una palabra, puede hacerte sentir tanto cómo un acto, la diferencia es que las palabras son mucho más falsas que los actos, también son más fáciles, es una forma astuta de manipular.
Unas veces las palabras son una forma de matar el tiempo, otras nos sirven para comunicarnos, para mandar y para recibir ordenes, para decir cosas que son necesarias decir y escuchar, incluso, cuando tienes un conocimiento considerable del contrario, las palabras sobran.
Nos sirven para cercar distancias, pero a la hora de demostrar, de formar la imagen que los demás tienen de nosotros, sobran, se las lleva el viento, y es tu comportamiento, tu forma de actuar con los demás, la forma en la que te preocupas por el otro y en la que se lo demuestras, o su ausencia, lo que te caracteriza. Por ello es importante pensar dónde vas a pisar antes de mover un solo músculo del pie, antes incluso de plantearte moverte.
No sirve de nada querer que alguien piense que eres de una forma u otra a través del dialogo, ya que lo que pensamos los unos de los otros siempre está basado en hechos.
En sí, la palabra trasmite más de lo que es, incluso su ausencia trasmite más que un sonido, al fin y al cabo son sólo eso, sonidos.
Luego, bajas al mundo y te das cuenta de que no son nada, que desaparecen al instante de pronunciarlas y su esencia desaparece con ellas, nuestra esencia es la que nosotros trasmitimos día a día, con pequeños y grandes detalles. Una mirada es capaz de trasmitir más que un discurso, una caricia dice más que cualquier intento de alagar, un abrazo y un beso es la forma más bonita de decir “te quiero”, si se siente, el otro lo percibirá sin necesidad de escucharlo.
Aunque esos actos también pueden ser, y en su mayoría son, mentira.
1 Comments:
Tengo una teoría por la que me he llevado muchas broncas y caras raras... todo es mentira, aunque la mía no tiene mucho que ver con la tuya. Aunque en el fondo sea la misma.
Aún así, tengo ganas de subir y contestarte, en el mismo medio... con el poder más fuerte que tiene el ser humano, las palabras. Con aquello que tenemos que nos diferencia de un animal. Allí nos veremos.
Aún así... todo sigue siendo mentira.
Un beso.
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